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21 nov 2021

Diminutos cristales de magnetita en el cerebro.

Gracias Mark Chupa-Pijas, por darnos luz en el camino ;-) 

La polución deja rastros de magnetita en el cerebro.

El hallazgo de cristales de magnetita en el cerebro humano ha sido uno de los descubrimientos mineralogenéticos más importantes de la última década. J. L. Kirschvink hizo pública en 1992 -mediante su ya trabajo clásico Magnetite biomineralization in the human brain- la presencia en el cerebro humano de minerales de la familia de la magnetita-maghemita, cuyas morfologías y estructuras se asemejan a los precipitados por bacterias magnetotácticas. La magnetita es el Fe3O4 y la maghemita (Fe2,67O4) uno de sus productos típicos de oxidación.La magnetita es un óxido de hierro muy común en la naturaleza, y un mineral bien conocido en el mundo de la geología no sólo por sus propiedades magnéticas, sino, por ser la materia prima más rica para la obtención de hierro fundido y acero. Se trata de un mineral ferrimagnético caracterizado por una temperatura de Curie (Tc) de 580 grados centígrados, por un valor promedio. de susceptibilidad magnética- (K') de 0,29, emu/cm3, y por una remanencia máxima (Ms) de 92 emu/g. En esencia, dicho ferrimagnetismo implica una coordinación en la actuación de los momentos atómicos, y que todos los momentos dentro de un dominio son paralelos u opuestos. El comportamiento es fundamentalmente el mismo que el de las sustancias ferromagnéticas, salvo por el pequeño momento neto dentro de cada dominio.

Cinco millones por gramo

Pues bien, se ha estimado que en la mayoría de los tejidos del, cerebro humano hay un mínimo de cinco millones de cristales de magnetita por gramo, y más de 100 millones de cristales por gramo para la pía y dura. Si a esto le añadimos que los cristales de magnetita se encuentran en el cerebro constituyendo grupos de entre 50 y 100 partículas, parece evidente concluir que todo cerebro humano está caracterizado por unas determinadas propiedades magnéticas.Previamente a este hallazgo, varios artículos han propuesto que la radiación puede producir variaciones de concentración de determinadas sustancias en el organismo, tales como melatonina, serotonina y otros neurotransmisores, o condicionar la formación de otras. Como era de esperar, el descubrimiento de la magnetita del cerebro ha hecho que la controversia sobre los efectos generados por la exposición continuada de los seres vivos a determinados campos eléctricos, magnéticos o electromagnéticos se abriera de nuevo, aunque desde un enfoque distinto. Está científicamente demostrado que la magnetita es un excelente material absorbente de la radiación, sobre todo entre 0,5 y 10 GHz.

Algunos investigadores, como R.M. Macklis, plantean que la existencia de cristales de magnetita en el cerebro humano debería ser tenida en cuenta para establecer si la radiación electromagnética asociada con determinadas líneas eléctricas podría dar lugar a efectos fisiológicos con resultados potencialmente peligrosos para la salud. Esto ha llevado, entre otras razones, a que en la División de Ciencias Aplicadas de Cambridge se diseñara un radioteléfono celular de manos libres cuyo equipamiento tecnológico reduce la pauta de absorción específica de energía electromagnética por el cerebro.

Desde otra perspectiva de investigación, se sabe, por ejemplo, que existe un sentido magnético en varias especies y que la base de este sentido, y su papel determinante en los desplazamientos migratorios, se basa en la existencia de materiales ferri y ferromagnéticos en el cerebro. Es evidente que las rutas de muchas aves migratorias no se aprenden de los padres, puesto que a menudo las crías parten primero. Para explicar un sentido de la dirección hereditario, se ha sugerido, entre otras hipótesis, una orientación según el campo magnético terrestre. Siguiendo una argumentación similar, se ha demostrado en ratones que su sentido magnético y su capacidad general de aprendizaje disminuyen cuando se les somete a potentes (e incluso sólo débiles) campos magnéticos. Dichas pérdidas se han explicado por la interacción del campo magnético externo con la magnetita de sus cerebros.

En las abejas

H. Schiff and G. Canal descubrieron la existencia de pequeñísimas partículas superparamagnéticas de magnetita localizadas en las vellosidades del abdomen de las abejas, e indicaron que éstas podrían poseer una magnetopercepción que las permitiría encontrar su fuente de alimentación en días nublados mediante el seguimiento secuencial de las imágenes asociadas con gradientes magnéticos.En definitiva, se admite como un hecho probado que -sin entrar en ningún tipo de debate- un campo electromagnético externo interacciona, de alguna forma que aún no, es bien conocida, con el patrón electromagnético de nuestros cerebros. Sin embargo, queda en el candelero la controversia sobre los posibles efectos y aplicaciones de esta interacción. Probablemente, como todo nuevo hallazgo, deberemos esperar al menos una década para tener un conocimiento más claro de su auténtico potencial. De cualquier forma, el descubrimiento de la magnetita del cerebro no sólo ha supuesto un marco común de investigación donde convergen distintas disciplinas científicas (medicina, mineralogía fisica, etcétera), sino que ha abierto nuevas líneas para el estudio de los procesos de biomineralización y para comprender mejor determinados tipos de interacciones entre el cerebro humano y el medio que nos rodea.

Jesús Martínez-Frías es doctor en Ciencias Geológicas y colaborador científico del CSIC.


Fuente: Picale acá.




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7 nov 2021

Los autos podrían funcionar con orina.

 Los autos podrían funcionar con orina.

Gasolina

FUENTE DE LA IMAGEN,REUTERS

Pie de foto,

¿Gasolina u orina? Según los expertos, con ambas caminan los autos.

Es la tecnología más ecológica, pero los autos de hidrógeno están lejos de rodar por las calles. Generar y almacenar el gas de forma eficiente es aún muy costoso. Ahora, investigadores descubrieron una forma más "fácil" de obtenerlo: mediante la transformación de la orina.

Un equipo de la Universidad de Ohio, Estados Unidos, encontró la manera de descomponer la urea y el amoníaco (compuestos presentes en la orina) en hidrógeno, aplicando una pequeña cantidad de corriente eléctrica proveniente de una celda de combustible.

"Es un proceso más barato, eficiente y es el resultado de desechos orgánicos", le explica a BBC Mundo la profesora Gerardine Botte, autora del estudio.

El hidrógeno existe en grandes cantidades en la Tierra pero generalmente se encuentra acompañando a otros materiales.

La forma más común para su obtención es mediante la electrólisis del agua -H2O-, que es la fuente más abundante de hidrógeno.

Pero sacar hidrógeno de la descomposición del agua requiere mucha energía y además necesita que el agua sea extremadamente pura.

La doctora Bottler experimentó con aguas de desecho y obtuvo hidrógeno además de agua limpia.

Geraldine dice que su descubrimiento es además una forma eficiente de purificar el agua, por lo que su aplicación principal sería en plantas de tratamiento de agua y en granjas, donde las grandes cantidades de urea y amoníaco crean un problema ambiental.

"Luego hay que seguir desarrollando la tecnología para permitir a estas granjas usar el hidrógeno resultante como energía", agrega.

Generar energía

Lo más novedoso del experimento realizado por el Centro de Investigación de Energía Electroquímica de la Univesidad de Ohio consiste en extraer energía de la urea.

"A más urea y amoníaco más hidrógeno, y lo hemos comprobado con orina de humanos, de animales y con orina sintética", le dice a BBC Mundo la directora del Centro de Investigación.

De acuerdo con cálculos de Gerardine Botte, un vehículo equipado con una celda de hidrógeno que funcione con orina podría recorrer hasta 150 kilómetros con un galón, es decir algo así como 40 km/l.

"La orina de los 22.000 estudiantes de esta Universidad, -el ser humano orina de dos a tres litros por día- podría generar energía para unas 50 a 70 casas, al ser procesada por una celda de combustible", explica la profesora venezolana.

Ante la pregunta de cómo almacenar el hidrógeno y colocarlo en los autos, los investigadores apuestan por colocar orina en los autos y la celda de combustible lo transformará en hidrógeno.

Almacenamiento

Ya existe la tecnología para colocar tanques de urea en los camiones de diesel fabricados en Estados Unidos desde 2010.

Auto Honda de hidrógeno

FUENTE DE LA IMAGEN,PA

Pie de foto,

Ingenieros de la empresa japonesa Honda colocan un tanque de hidrógeno.

La urea se usa para generar una reacción catalizadora de "lavado" de los óxidos de nitrógeno (NOx) para reducir las emisiones del gas contaminante.

"Ya cargamos vehículos con urea así que ahora la podemos utilizar para producir hidrógeno", afirma Botte.

Pero no todo está resuelto para que los autos de hidrógeno, ya sea propulsados por orina o por otro compuesto, estén en las calles.

Empresas automotrices como BMW, Mercedes Benz, GM, Ford y Toyota tienen a cientos de ingenieros trabajando en sus prototipos.

Uno de los mayores problemas es la falta de infraestructura para la recarga de combustible de los tanques de hidrógeno.

Otro, son las propias células de combustible de hidrógeno, que utilizan una gran cantidad de platino, un metal precioso más caro que el oro.

Pero esto podría cambiar pronto, según un investigación publicada esta semana en la revista Science.

Los investigadores del Laboratorio Nacional de Los Álamos, en EE.UU., desarrollaron un catalizador libre de platino usando cerio, un elemento casi tan abundante como el cobre, que es capaz de tomar la energía solar y utilizarla directamente para dividir el agua y liberar oxígeno e hidrógeno.

Ya sea poniendo orina en el tanque del auto o con células de combustible de hidrógeno más baratas, la tecnología del futuro parece estar cada vez más cerca.

Fuente: picale acá.



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